Danzas Cíngaras

Nuestras danzas cíngaras son, en primer lugar, la de inspiración balcánica y, en segundo lugar, el Karsilama, propio de los cíngaros de Turquía, que aprendí directamente de alguien que convivió un tiempo con ellos.

Danza cíngara de inspiración balcánica

Nuestra danza cíngara balcánica se inspira en la de los cíngaros del Siglo Diecinueve: un pueblo nómada y apasionado, que viajaba en caravanas de carromatos coloridos, como sus ropas, envuelto en una aureola de romanticismo y que amaba, por encima de todo, la vida en libertad.

Solían ganarse la vida como músicos y bailarines, debido a su buen oído musical y a su acusado sentido del ritmo. Por eso dotaban a su música y su danza de una gran alegría y espectacularidad, lo que incluye una colorida indumentaria, con amplias faldas, una gesticulación muy teatral, con mucho sentido del humor, una búsqueda de complicidad con el público y, sobre todo, cambios constantes y sorprendentes en todos los aspectos.

La música cíngara ya es cambiante de por sí, con variaciones de intensidad, de ritmo y de talante, pasando de la alegría a la melancolía abruptamente, o de la zalamería al desplante. Esta variabilidad se transluce en la danza de los bailarines cíngaros: en sus cambios de nivel, visibles en sus sorpresivos saltos y bajadas al suelo sobre las rodillas, en sus variaciones de eje, con sus “quiebros” de torso hacia delante y a los lados, y en su repertorio teatral de gestos, pausas y movimientos.

Finalmente, para terminar esta breve presentación de la danza cíngara balcánica, hablaremos un poco del “faldeo”, es decir, las ondulaciones generadas en la falda por los movimientos de las muñecas mientras se sujetan los extremos de la misma con los dedos.

De la misma manera que el velo se transforma en una extensión de la bailarina en la danza Oriental, la falda es una prolongación de la bailarina cíngara y, como ya hemos visto en el repertorio de gestos, comunica sin palabras: expresa coqueteria, hartazgo, remoloneo, desplante e incluso rabia. Otras veces, las ondulaciones de la falda, describiendo arcos o infinitos, son meramente ornamentales:

La danza cíngara balcánica comparte bastantes movimientos con la danza Oriental, como los círculos e infinitos de cadera o de pecho, los “brazos-serpiente” y el “shimi”, entre otros, pero con una ejecución poco exigente técnicamente, menos pulcra, lo que facilita la espontaneidad y fluidez de la bailarina poco entrenada.