Regresiones

Cuando los tratamientos convencionales no logran la curación de una dolencia, podemos recurrir a la terapia regresiva con excelentes resultados, ya que se centra en traer a la consciencia el recuerdo de algún gran trauma emocional que pudiera haberla desencadenado.

Para conseguirlo, es necesario conducir al paciente a un profundo estado de relajación, de manera que sean neutralizados todos sus condicionamientos.

Algunas personas, inconscientemente, pueden llegar a ser terriblemente tenaces en su constante huída del dolor emocional, de manera que, en lugar de enfrentarlo, para poder buscar la solución del problema, se van volviendo cada vez más hábiles en eludirlo. Este estado de tensión, aunque inconsciente, puede acabar afectando sus relaciones e incluso sus condiciones físicas.

Así, el objetivo de esta terapia es buscar y rescatar el recuerdo reprimido en el olvido hasta traerlo de nuevo a la consciencia, para poder solucionar el problema. Yo puedo ayudarte a buscarlo y encontrarlo.

Nuestro enfoque

La terapia regresiva, aunque ya bastante conocida, continua estando rodeada por una aureola de misterio e, incluso, de esoterismo que, como es comprensible, puede generar cierto rechazo.

Nuestro enfoque de esta terapia dista mucho de estos posicionamientos.

Nuestra postura es, en cambio, totalmente abierta y receptiva con respecto a las hipótesis de trabajo de los grandes maestros de esta terapia: regresión a la primera infancia, regresión al período intrauterino, regresión al período “entre-vidas” o, incluso, regresión a vidas pasadas (Bryan Weiss, José Luis Cabouli).

Tras más de diez años de experiencia, hemos podido corroborar que, aunque seamos los terapeutas quienes abramos la puerta al paciente para que entre en regresión, es él quien escoge el rumbo a tomar, ya sea hacia una experiencia vivida en el útero materno, en la escuela primaria o en otra vida, ya sea pasada o no.

El botín que obtenemos cuando nos atrevemos a navegar, aprovechando un profundo estado de relajación, hacia momentos del inicio de nuestra vida o, incluso, hacia vidas pasadas es la recuperación de intensas experiencias que han dejado huella en nuestra mente, en nuestra respuesta emocional e, incluso, en nuestro cuerpo físico.

En una palabra:

Sin hipnosis

Es necesario insistir en el aspecto de la profunda relajación a qué inducimos al paciente, puesto que muchos interesados por esta terapia han manifestado su temor e, incluso, su rechazo hacia la misma si requería necesariamente que se sometieran a hipnosis.

Nuestra forma de trabajar con terapia regresiva consiste en ofrecer al paciente un entorno relajante y acogedor en el que se sienta seguro, invitándole a recostarse con los ojos cerrados, cubierto con una manta, envuelto por una música suave y atento únicamente a nuestras instrucciones para conseguir relajarse profundamente y entrar en regresión.

Una vez que el paciente ha entrado en regresión y detectamos su imposibilidad de avanzar o bien su determinación sobre el rumbo a seguir, le acompañamos en todo momento, invitándole a relatar lo que está experimentando y formulándole preguntas si es necesario, todo ello con el objetivo de fijar el recuerdo de la experiencia en su mente para después poder analizarla.

Preguntas y temores

Como, en ocasiones, las experiencias revividas pueden ser muy dolorosas, hasta el punto de bloquear al paciente, le guiamos para que pueda salir del momento más doloroso lo más rápidamente posible, sin que experimente un dolor emocional innecesario.

Otro temor manifestado frecuentemente por los interesados en esta terapia es el de quedarse “atrapados” en alguna vida pasada y no poder volver. Esto es imposible, por lo que respecta a una persona libre de enfermedades mentales, cuyo transtorno sea tan solo emocional, puesto que es la mente la que viaja y explora los recuerdos, no es que viaje en cuerpo y alma a través de una máquina del tiempo.

Aún más importante es el hecho de que la formación del terapeuta regresivo dota al mismo de recursos para “rescatar” al paciente de una situación demasiado amenazadora o dolorosa, para guiarlo a recuperar el rumbo cuando parece perderse en el laberinto de recuerdos y, naturalmente, para hacer que salga del estado de regresión si fuera necesario.

El objetivo final

El objetivo de la terapia regresiva es, pues: