Danzaterapia

Nuestra Danzaterapia se basa en el estudio de los centros de energía del cuerpo, llamados también chakras. Trabajamos con los cinco primeros y dejamos el sexto (el de la mente y el “Tercer ojo”) y el séptimo o coronal (el de la conexión espiritual con las energías sutiles) a los especialistas en disciplinas afines, como la Meditación.

A nivel energético, nuestro cuerpo funciona internamente como un complejo circuito de canales interconectados, que permiten fluir y distribuir la energía hasta todos sus confines. Este circuito se organiza alrededor de siete grandes puntos de distribución energética, conocidos en India como “chakras”.

El primer chakra

Es el chakra raíz. Comprende los pies y la zona posterior de las piernas hasta los glúteos. Se aloja en el centro de la pelvis, entre los genitales y el ano, e incluye los órganos internos de aquella zona.

Se relaciona con el sentido territorial, con el instinto de supervivencia y con la capacidad de arraigo.

El segundo chakra

Es el chakra lumbo-sacro. Se aloja en el centro de la parte baja del abdomen. Comprende los órganos internos de aquella zona y, externamente, la parte superior de los pies, la parte anterior de las piernas y toda la pelvis.

Se asocia con el placer, la distensión y la capacidad de disfrutar a todos los niveles: la alegría de vivir.

El tercer chakra

Es el chakra correpondiente a la zona del plexo solar. Se aloja en el centro de la parte alta del abdomen. Comprende los órganos internos y la parte externa de aquella zona.

Se considera la sede del poder personal y, por tanto, se asocia con la autoconfianza y la proyección personal en las diferentes facetas de la vida.

El cuarto chakra

Es el chakra cardiaco. Se aloja en el centro del torso. Comprende la zona más alta del torso, con los pulmones, el corazón, las clavículas, los hombros, los omóplatos y los brazos.

Se relaciona con el sentimiento y con la expresión no verbal de pasiones y emociones.

El quinto chakra

Es el chakra buco-laríngeo. Se aloja en el centro del cuello. Comprende todo el cuello, la boca, junto a la laringe, amígdalas, dientes, encías y mandíbulas, así como los oídos, la parte baja del cráneo y las vértebras cervicales.

Se asocia con la comunicación y la expresión verbal, incluída la de las emociones y sentimientos.

Corazas energéticas

Cuando estamos equilibrados, con una mente ordenada en un cuerpo sano, la energía fluye a través de todos estos centros energéticos en dirección ascendente, desde los pies hasta la coronilla. Si, por el contrario, existe algún desorden emocional, la energía se enquista en un punto del recorrido, en alguno de los chakras, formando las llamadas “corazas energéticas”, evidenciadas en zonas endurecidas y contraídas (“corazas duras”) o bien en zonas débiles y reblandecidas (“corazas blandas”).

La existencia de bloqueos en la zona de cada chakra se detecta quando se observan en ella incorrección postural, deformación, disfunción orgánica o dolor. Son el resultado de una respuesta emocional inconsciente ante algún tipo de agresión continuada del entorno.

Por eso los terapeutas corporales podemos hacer un diagnóstico bastante aproximado del estado emocional de una persona sólo con verla quieta y de pie unos minutos. Cabe suponer, por tanto, cuánta más información podemos conseguir si podemos observar detenidamente la calidad de los movimientos de aquella persona, de pies a cabeza.

Consciencia corporal

La Danza, el arte por antonomasia del movimiento, se ha revelado como una herramienta increíblemente útil y, a la vez, placentera para resolver problemas emocionales a través del trabajo corporal consciente. Desde este posicionamiento surgió, ya hace años, la Danzaterapia, que continua siendo una terapia en pleno auge.

Nuestra propuesta de Danzaterapia se inclina más hacia una metodología del autoconocimiento, la autogestión emocional y la del propio cuerpo que hacia la mera expresión de emociones a través del movimiento. Nuestra pretensión es que el paciente culmine su danzaterapia con plena consciencia de lo que ocasionó sus heridas emocionales y, por consiguiente, sus dolencias físicas.

Igualmente, la experiencia acumulada durante más de diez años nos ha demostrado que los pacientes menos comunicativos en la consulta han podido culminar su terapia con éxito en la sala de danza.

Para nuestra Danzaterapia utilizamos muchos movimientos de la Danza Oriental: vibraciones, ondulaciones y vaivenes. Bailar, por ejemplo, sujetando los extremos de un velo o de una gran falda puede obrar milagros para desbloquear y sanar un chakra cardiaco maltratado. Velos y faldas revelan con total honestidad el estado mental, emocional y físico de quien los hace ondear.